martes, 1 de julio de 2008

Campo Marin - 2001 Reserva - Cariñena

Hace tiempo que vengo pensando escribir un blog sobre los vinos que voy probando... porque a veces, cuando pruebas un vino estupendo o uno malo quieres comentarlo... verdad?
Y no siempre se encuentra alguien dispuesto a apreciar tus valoraciones siempre subjetivas y personales (para nada expertas) sobre un vino cualquiera.

El vino de hoy es el Campo Marin, Reserva 2001 de Bodegas Ignacio Marín, DO Cariñena.


Me lo regalaron unos alemanes conocidos de mi hermana a los que hice un favor recibiendo unas entradas para un concierto de Juanes en mi casa de Madrid, y entregándoselas luego en la puerta del Café Comercial.

Me hizo gracia que me trajeran una botella de vino... me gustó mucho el regalo, me despedí de ellos con una sonrisa, levantando la botella y un gracias verdaderamente sincero.

Supuse que el vino no les habría costado mucho... "Vamos a comprarle un vino cualquiera al español este, como agradeciemiento por lo de las entradas", debieron pensar. "Si, pero tampoco es plan de que nos gastemos una pasta."

Por eso pensé que debía ser un vino corrientillo, más bien malutejo, quizas uno de esos que tengo que tirar por el sumidero después de la primera copa (sí, soy implacable con los vinos malos...). Aunque la botella y la DO parecía interesante.

Y al probarlo... vaya! pensé que se habían esforzado con el coste del regalo. Pero no, cuesta los 3€ que imaginé al principio (lo acabo de buscar en internet).
En realidad, estos alemanes que no debían tener ni idea de vino español me descubrieron un verdadero Best Value.
Uno de esos vinos baratos que te sorprenden por su calidad, y que son el refugio de todos los aficionados al vino con bolsillos pequeños (o medianos y con muchos gastos).

El Coupage (tempranillo, garnacha y cariñena) de Campo Marin es dulce y lleno en boca (en boca potente, con matices de fruta algo golosa, según Peñin).
En nariz le encuentro un dulzor goloso, penetrante con toques tostados (eso lo dice peñin) muy agradables y bien conseguidos. La elegancia del tostado me hace pensar en roble francés, pero un cierta astringencia en boca me lleva al americano...

No sé, pero el caso es que se abre en boca con una potencia de sabor ya anunciada por el aroma. Sólo le falla esa astringencia que ahoga el buen recuerdo de la intensidad que da el coupage de tres de las uvas más típicas del país.

Vamos, un vino que me ha alegrado la noche.

Peñin le da un 80.
Mi valoración es:
9 en nariz
7 en boca
5€ en precio

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